Antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad"

2°PEDRO 3:18

19.4.10

EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA


Al analizar las estadísticas recogidas que mencionan los índices de crecimiento de la iglesia evangélica en América Latina nos podríamos sentar en nuestros cómodos sillones de líderes o pastores hinchando nuestro corazón de orgullo al ver que el grado de crecimiento porcentual con respecto a las demás iglesias es muy superior. Se habla de iglesias con miles de miembros, de reuniones de avivamiento, del nacimiento de cientos de radios cristianas y canales cristianos de televisión, en los cuales se puede ver como “hermanos evangélicos” predican con denuedo la palabra y exhortan a los muchos al conocimiento de Dios y al arrepentimiento. Pero…ha pensado Ud. 
¿Cuál es el tipo de personas que se confiesan auditores y televidentes de dichas estaciones? ¿Es acaso el mensaje que se entrega a través de estos medios eficaz para derrotar el pecado que tiene cautivos a los miles de hombres y mujeres que habitan nuestro continente? ¿El lenguaje que se utiliza en estas transmisiones es el adecuado para la audiencia inconversa que pretendemos alcanzar? Mucho me temo que estamos muy lejos de acercarnos siquiera al oído del necesitado, ello porque lamentablemente la mayoría de quienes dirigen y trabajan en estos medios no cuentan con la preparación adecuada para hacer efectivo este mensaje; también porque equivocadamente las iglesias han hecho de la radio y la televisión una extensión del culto de sus congregaciones, sin mencionar que el nivel de estudios presentados no hace más que confundir a los inconversos ya que en una mañana de audiciones de las diferentes iglesias que disponen de un espacio al aire podemos advertir diferente tipo de enseñanzas que van, por ejemplo desde estudios acerca del milagro del pan y los peces hasta visiones proféticas apocalípticas que llaman a estar preparados a fin de no sufrir de la condenación eterna. Mención aparte damos al uso del lenguaje usado, que más que ser un medio de entregar conocimientos se ha transformado en un dialecto propio de la iglesia evangélica poco o nada entendido por el hombre común. Se abusa de términos tales como “siervo”, “hermano”, “ovejas”,etc. que si bien estos son bien entendidos por los miembros de la iglesia, olvidamos que nuestro principal objetivo es alcanzar a lo inconversos para el Señor; la gran comisión nos habla de “ir por todo el mundo…” no dice mantened, o alimentad al mundo evangélico… nuestra responsabilidad es con el mundo que nos rodea, con aquel donde el lenguaje es otro, donde impera la violencia y el engaño, y para llegar a el necesitamos doblar la rodilla y ceñirnos de la armadura de Dios. 
Las estadísticas hablan de evangélicos, pero nada nos dice de “cristianos evangélicos”. Si consideramos en esta calidad de cristianos a verdaderos seguidores de Jesucristo, veríamos que estas bajarían dramáticamente en su índice de crecimiento, y nuestro optimismo ya no sería el mismo. No podemos solamente actuar políticamente en la forma de ver el crecimiento comparativo de las iglesias evangélicas, ello porque resulta “políticamente incorrecto” ver con optimismo este crecimiento sin advertir que la verdadera iglesia “la iglesia del Señor no está creciendo en la misma proporción. No debemos quedarnos con la misión de llenar la iglesia de “llamados” solamente, debemos procurar que se alleguen a esta los “escogidos”, recordemos que la tarea de crecimiento es fruto del amor con que emprendemos las primeras acciones de esta gran comisión, debemos actuar con el espíritu pero también con inteligencia (entendimiento), debemos preparar a nuestros obreros y plantar iglesias llenas del conocimiento, preparar nuestros líderes y animarles a buscar la sabiduría de Dios primeramente, esa que sobrepasa todo entendimiento, lo dijo Pablo “Yo planté, Apolos regó pero el crecimiento lo da el Señor” (1 Co. 3:6) Cuando como líderes y pastores entendamos esto, entonces solo entonces, podremos entregar un mensaje efectivo, entonces nuestros esfuerzos en los medios serán recompensados, pero no en afán de abrir nuevas radios evangélicas o nuevas estaciones de televisión “cristianas” sino en inundar los medios masivos existentes del mundo mal llamado “secular” y hacer brillar en ellos la Palabra de Dios, recuperando estos espacios del arte y la comunicación que nosotros mismos perdimos un día al alejarnos equivocadamente de ellos por temor a “contaminarnos con el mundo” . Dios jamás nos ordenó alejarnos del este, es más Cristo oró por nosotros ante el Padre diciendo “… no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”(Juan 17:15) . Nuestra tarea y misión suprema es en este mundo, aquel que por años las iglesias evangélicas trataron de evitar por miedo a ser arrastrados por el, donde el único organismo llamado a ser catalizador de la sociedad que vivimos, a ser el ente transformador es la iglesia de Cristo. Debemos entonces levantarnos de nuestros sillones y volvernos a El; ceñirnos de nuestra armadura y disponernos como obreros a trabajar a fin de alcanzar a los perdidos, porque estos necesitan con urgencia hoy ser hallados. 
LVogt-Feb2009 luis.vogt@gmail.com

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