Antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad"

2°PEDRO 3:18

25.8.08

VESTIDURAS SACERDOTALES

Jerusalén, Israel - Un grupo de sastres ha comenzado a confeccionar las vestimentas de medio centenar de voluntarios que confían en convertirse en sacerdotes del Tercer Templo de Jerusalén, cuya construcción es uno de los más viejos anhelos del judaísmo y señal de la segunda venida de Cristo para los cristianos.

Los destinatarios de las prendas son los cohanim, casta descendiente de Aarón -sumo sacerdote en la época de Moisés- y responsable de los oficios en el Primer y Segundo Templos, destruidos hace 2,500 y 2,000 años, respectivamente.

Los sastres trabajan en el Instituto del Templo, ubicado cerca del único vestigio del segundo de los santuarios -el Muro de las Lamentaciones-, y que tiene como objetivo concienciar a los judíos de todo el mundo de que el Tercero está al aparecer.

“Por esta razón -dijo Yehuda Glick, su director- hay que prepararse y conocer bien toda la obra que se hacía hace 2,000 años, así como los instrumentos necesarios para las labores sagradas”.

Concepción, Chile - Los pueblos que se han alejado de Dios y no han sabido interpretar los tiempos y que a su vez han procurado vivir bajo el sol durante el tiempo de su existencia, han debido vagar ciegos en su derrotero, ajenos a la verdad de Dios para la humanidad. Hoy día vivimos en un mundo que se identifica mucho más con vivir más de lo inmediato que de lo eterno; las cosas materiales han pasado a ocupar las prioridades dentro de la vida diaria y el obtener lo bienes modernos se ha transformado en un objetivo de vida. Los líderes se desviven tratando de descubrir y detectar dichas necesidades en los electores y prometer cumplirlas en una suerte de beneficio mutuo del principio del dar y recibir, “yo prometo y tu me das tu voto”. Pero es un hecho que las políticas de las naciones desde hace un tiempo ya, apuntan a un mejoramiento del bienestar social de las personas, pero sin afectar a los poseedores de las riquezas mayores, esto en una suerte de juego perverso donde los resultados postreros suelen ser peores que los primeros. Pero aparte de esto, nadie está preocupado del presente y futuro espiritual del pueblo, y aunque la verdadera iglesia se mantiene atenta a esta lucha, muchas veces su voz se ve ahogada por el consumismo y el fuerte grito de la oferta y la demanda que nos inunda y aflige como cristianos. En los países musulmanes y la misma nación de Israel, todas ellas en gran medida contrarias al mensaje salvador del evangelio de Jesucristo para toda la humanidad, la religión ocupa un lugar preponderante en la vida y el gobierno de sus habitantes, en donde todas las reglas de la vida diaria son marcadas y regidas por la fuerte mano de la una verdadera tiranía religiosa, profundamente contraria a la libertad de culto y de pensamiento, ni hablar de permitir el paso del mensaje cristiano en su seno. Dice la escritura: “Y Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo… y es que con la obra consumadora del evangelio en Jesucristo Dios nos libra de la necesidad de acudir obligadamente al templo para expiar nuestros pecados como lo hacía el pueblo de Israel, porque El es nuestro eterno y suficiente Salvador. Pablo solo nos recomienda “no dejar de congregarnos” a fin apoyarnos mutuamente y fortalecernos en el Señor, ya que El ya no habita en templos hechos de manos hombres sino en nuestro corazón, en nuestro ser entero, en nosotros mismos llamados a ser “templos del Espíritu santo” y que nuestras vestiduras de poco servían si primero no procuramos vestirnos de los vestidos espirituales aquellos que al ser vistos en nosotros nos permiten ser conocidos como los de Tesalónica gracias a nuestro testimonio. Porque la fe, la templanza y el gozo deben identificarnos como cristianos, asimismo el amor, la paz y paciencia hablarán por nosotros como cartas leídas por los hombres en nuestro quehacer diario. La escritura nos habla además, que el Espíritu nos provee de una armadura que nos protege contra las acechanzas del maligno, la cual nos es entregada a fin nos levantemos como verdaderos soldados del Rey de reyes y nos entrega juntamente con ello el sagrado libro de instrucciones para su uso. Finalmente en Apocalipsis Juan nos habla de una nueva ciudad, la Nueva Jerusalén la cual desciende del cielo y también de nuevas vestiduras, hechas de algo semejante al lino fino, blanco y resplandeciente las cuales estarán preparadas para la iglesia en su encuentro con el Cordero. La iglesia es la depositaria de la verdad y por ello debe estar atenta y alerta a las señales que nos entregan los tiempos y procurar mantenerse en la brecha. El mundo a su vez debemos conocerlo y aceptarlo, avanza lento e inexorable al encuentro inevitable con la verdad final, entonces ya no hará falta construir un nuevo templo y cualquier vestidura hecha por manos de hombres será desechada porque ese día nada servirá.
Es la opinión personal de Luis Vogt. Archivado en: - Editorial |

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