Antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad"

2°PEDRO 3:18

9.8.08

- La Partida.

noticiascristianaspuntonet_la_partida_agosto05.jpg¡Amén-Amén! - Florida, EE.UU - Al recibir invitación de David para escribir la Editorial de la página de Noticias Cristianas, muchas veces me pregunté que tan importante era estar a la altura de las circunstancias, algo así como cumplir las condiciones espirituales mínimas para saber de que y de quienes hablar a través de estas páginas, pero con el paso del tiempo he comprendido que si esperamos sentirnos bien para ello, o para Dios, nos vamos a pasar la vida intentando mejorar nuestro estado espiritual y al final no haremos absolutamente nada. Es entonces cuando uno llega a comprender que no es como uno se sienta sino comprendemos que es Dios el directo responsable de edificar nuestra vida en la medida que nosotros nos vayamos colocando en la brecha a fin ser utilizados para su obra.

Si pudiéramos mirar hacia atrás, hacia algún punto de referencia fijo en nuestro pasado podríamos advertir cuanto hemos avanzado desde el día en que Jesús se hizo presente en nuestra existencia y contemplar entonces la trayectoria recorrida; lo que veríamos podría sernos de mucha alegría y gozo por los logros que hemos recibido en el Señor o también aquello podría llenarnos de amargura al ver lo poco o nada que hemos avanzado en este camino. Pero de bien poco sirve mirar el pasado si nos vamos a quedar pegados en el, tampoco si en ese mirar no aprendemos que poco y nada podemos cambiar si no logramos proyectarnos en el futuro. Si miramos adelante descubriremos que ese futuro que Dios ha puesto en nuestras manos si lo podemos cambiar, y aunque ahora lo podamos ver así como por espejo oscuramente como dijo Pablo a los Corintios en el capítulo del amor, en el están las promesas de gloria que Dios ha preparado para nosotros, y ello debe alentarnos, motivarnos y darnos la fuerza necesaria como hijos del Dios viviente para seguir adelante.

Es cierto que hemos sido puestos en este mundo para cumplir con muchas tareas y obligaciones y en ellas nos afanamos durante muchos años de nuestra corta vida, y en este afán al igual que Marta la hermana de Lázaro, nos olvidamos la mejor parte. Es cierto que debemos sacrificarnos para proveer para nuestros hijos y para todos aquellos que dependen de nosotros. Es cierto que debemos ser siervos fieles y diligentes en nuestro caminar diario y ser verdaderas luminarias en un mundo dominado por las tinieblas y el pecado; pero muchas veces en nuestras pruebas de fe olvidamos “quien es el Autor y consumador de esa fe” y llegamos al extremo tal que, literalmente hacemos de su obra nuestra obra y de su mies nuestra mies sin cumplir cabalmente nuestro papel de mayordomos, porque olvidamos en el intertanto completamente al Dueño de la obra y al Señor de la mies. El apóstol Pedro citando la profecía dijo que en la tarea de edificar la iglesia de Dios, “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo, Jesucristo había sido puesto como viga maestra en su edificación, y que nuestra tarea como miembros de ella; tarea sublime y última; nuestro afán supremo, era uno solo, actuar en consecuencia “anunciando las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Cuesta hacer entender al cristiano que en su vida; en su andar y su caminar; en su levantarse y acostarse, y en su sinfín de tareas diarias, su misión y fin último es anunciar el Reino de Dios, teniendo como objetivo primordial y último colocar en alto el nombre de Jesús para que todos le vean; de poco vale que vigilemos nuestro caminar manteniendo como única preocupación el cuidar una imagen de buen cristiano como si en este caminar ante Dios basta parecerlo solamente, pero contrario a eso si centramos nuestra mirada en la suprema tarea de anunciar el evangelio, el amor de Cristo hará posible ir de victoria en victoria aún en medio de las derrotas diarias que nos abrumen; pero en medio de esos tropiezos debemos seguir confiando en El y en la capacidad ilimitada de su fuerza, solo en ese estado de dedicación y conciencia de Dios en nuestra vida diaria estaremos empezando a ser realmente útiles a la obra de Cristo”.

Es la opinión personal de Luis Vogt.

tomado de NoticiasCristianas

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